Compre, use, repita: La belleza de una compra repetida

Mis sandalias doradas han adquirido una cualidad mítica. Mi marido dice que tengo las alacenas llenas, pero exagera. Tengo alrededor de media docena de pares desempolvados rutinariamente cada verano.
Sin embargo, ha observado con precisión que las sandalias doradas son una de mis compras repetidas. Junto a camisetas de rayas, camisas de lunares y gabardinas; estos son los artículos que probablemente me harán perder dinero en efectivo. Soy bastante persuasivo cuando se trata de introducir prendas similares en mi guardarropa.
Justifico las compras repetidas con afirmaciones calificativas, como "pero no tengo una con una raya verde botella" o " esa gabardina color carbón quedaría perfecta con mis Vans grises'. No importa cuántas ya tenga, siempre hay espacio para una ligera variación.
Y, no creo que sea inusual. Para mi amiga Annie, son las camisas de mezclilla las que compra repetidamente. Para, Debbie, son cárdigans en todos los colores, estampados y adornos.
Hay algo reconfortante en su familiaridad. Estas prendas son viejas amigas, y las nuevas versiones son conocidas recientes con las que sabemos que nos llevaremos bien. Cuando nos comprometemos con ciertas prendas, hasta que la muerte nos separe, ¿nos estamos cerrando permanentemente a nuevas posibilidades de guardarropa? ¿Tal previsibilidad denota una falta de imaginación y aventura? Ayer, escuché a una mujer de unos veinte años describir durante el té de la tarde su brutal sacrificio estacional.
'Terminé con esa mirada. Ya no soy esa persona”, anunció. Bueno, tal vez haya terminado con toda esa experimentación del Sr.
Benn. No creo que sea una coincidencia que todas las grandes diseñadoras hayan destilado su sensibilidad por el diseño en una paleta de piezas recurrentes. Desde Claire McCardell, pionera en ropa deportiva y separaciones sencillas, hasta Coco Chanel con su Little Black Dress y trajes de falda reducidos, cada una entendió la importancia de refinar una fórmula a la perfección.
Con el tiempo, la moda alterará lo que consideramos un estética atractiva. El blazer atemporal comprado en 1986 ahora tendrá brazos 'demasiado anchos' y hombros 'demasiado anchos'. El color y el estampado también pueden revelar la edad de una prenda, razón por la cual los colores neutros son tan populares entre los compradores más exigentes.
La tecnología de las telas mejora nuestros clásicos para brindarnos prendas que son más resistentes o más fáciles de cuidar. Marcas modernas como Gap y Muji han construido sus imperios sobre la idea de la compra repetida. Ambos ofrecen ropa diseñada para llegar lejos.
Pero siempre hay un guiño contemporáneo a la moda, ya sea con proporción, silueta, tono, detalle, tela o acabado. Las deportivas repelentes al agua de Muji son un excelente ejemplo de ello. Históricamente, varios hombres notables han aplicado la lógica del uniforme a sus vidas, incluidos: Albert Einstein, Steve Jobs, Tom Wolfe y Johnny Cash.
Sus atuendos se convirtieron en parte de su marca personal, un marco de vestimenta para sus logros. Tal vez al eliminar el "¿Qué me pongo hoy?" pregunta conserva el valioso poder cerebral y la energía creativa? No recuerdo que ninguno de esos hombres haya sido acusado alguna vez de vestirse aburrido, solo de tener un estilo personal. No importa cuán absurdo pueda parecerle a un observador casual, las compras repetidas pueden tener su propia belleza y lógica.
Nilgin Yusuf es un escritor independiente. Puede encontrarla en Twitter @Nilgin e Instagram @nilgin_yusuf.